Tener una huerta propia es muy satisfactorio, pero hay acciones que debe
evitar para mantenerla ordenada y útil:
Profundidad de siembra:
Uno de los errores más frecuentes es sembrar las semillas demasiado hondo.
Como en otras tantas tareas, la profundidad de siembra varía según la planta y
está directamente relacionada con el tamaño de la semilla. Cuando la semilla es
muy pequeña, el brote será más débil y si está muy profundo, probablemente no
tendrá la fuerza suficiente para llegar a la superficie.
Drenaje pobre:
Si no nos preocupamos por un buen drenaje del suelo, es decir, una buena
capacidad para escurrir el agua, corremos el riesgo de exponer a las planta a
un exceso de humedad que derivaría en la pudrición de las raíces y la muerte de
la planta.
Lugar equivocado:
Colocar la planta en el lugar equivocado es otro error muy común en las
huertas. No tener en cuenta si requiere sol o sombra puede provocar que no
florezca y por tanto, que no de fruto.
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