El exceso de agua es un problema que se da con mucha
frecuencia y es de díficil solución sobre todo en plantas de interior, para detectarlo se debe prestar atención al
aspecto de las hojas y a la planta en general.
Los principales síntomas son los siguientes:
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Las hojas se amarillean y se caen.
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La planta se ve marchita.
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No se observan nuevos brotes.
Un sencillo método para detectar este problema consiste
en introducir un lápiz en la tierra, si al momento de sacarlo sale con mucha
tierra está húmedo, mientras que si sale seco y limpio la planta necesita
regarse.
Para recuperar una planta que ha sufrido este daño se
debe sacar con mucho cuidado el cepellón de la maceta y envolverlo en varias
capas de papel absorbente y mantenerlo así durante 24 horas, cuando los
papeles se empapen se repite el proceso, pasado el periodo se vuelve a colocar
dentro de la maceta y no se riega durante unos cuantos días.
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