Jugar, es la palabra que más aman
los niños, sin embargo, en nosotros está mostrarles lo divertido de cuidar lo
natural y la vida de esas plantas y
flores que nos alegran cada mañana. Pero, ¿Cómo lo podemos hacer? Hay que
involucrarlos y familiarizarlos con el proceso que conlleva el crecimiento de
cada nuevo integrante de nuestro jardín.
Para iniciar, se les pueden dejar
pequeñas tareas como regar las plantas. ¡Claro!, siempre explicándoles como se
hace, la idea es que ellos desarrollen el sentido de responsabilidad, tampoco
hay que olvidar que ellos repiten lo que ven, entonces nosotros tenemos que dar
el ejemplo.
Luego de que la niña o niño ya
empiece a desarrollar el amor por la naturaleza, motívelo a que siembre su
primera planta, flor o helecho, lo que le parezca mejor. Durante ese proceso
debe ser su guía porque ellos preguntarán muchas cosas y aunque usted
desconozca las respuestas siempre respóndales o bien busquen algunas soluciones
juntas.
Recuerden que al final del “camino”
les habremos dejado a los más pequeños, una enseñanza que posiblemente se
transmita a la próxima generación. Y con cada acción en pro de la naturaleza
que se haga, el planeta se lo agradecerá, está en cada de uno de nosotros
generar un cambio y promover un mejor mañana adornado de hermosas plantas.
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